Vuelvo al blog, aunque núnca lo deje. Pero estuve alejado entregado al invento de Zuckerberg. Un gran invento sin duda, pero demasiado bueno. Era deamasiado absorvente y adictivo. Me pasaba el día mirando que había de nuevo. Como en el cuento de Cortazar, me tenía poseido. No puede ser bueno tanta dependencia del móvil, y no solo por las redes sociales. Sino todas sus demás aplicaciones que tienen a la gente atentas a la pantalla en todas partes y en todas situaciones.
Me siento liberado....aunque también mas solo.
Tú lo has dicho: adictivo.
ResponderEliminarNo hay más que fijarse en que la gente “vive” allí. Nada más despertarse dan los buenos días, a nadie en concreto, en su muro.
A lo largo de la jornada nos informan de su estado de ánimo, de lo que han hecho o van a hacer, y se despiden con un buenas noches, aderezado con cualquier imagen sacada de internet. Y esto diariamente.
¿Tienen vida propia? ¿Tangible? ¿Real? Vete a saber.
El problema de esta adicción, amigo mío, es que usáis el móvil para navegar, y claro, el cacharrito os llama continuamente cada vez que alguien comenta o publica, con lo que es fácil caer en la trampa.
Con el ordenador no pasa, yo entro cuando quiero, no cuando me llaman, porque no me llegan los cantos de sirena.
Los blogs ya no les interesan a nadie porque carecen de inmediatez y de expansión.
A pesar de que sus herramientas de publicación sean mucho mejores (excepto que no se puedan poner imágenes en los comentarios), estas herramientas no les interesan a los que, en realidad, no dicen nada y necesitan el contacto diario, a todas horas, de gente a la que no conocen ni conocerán nunca. Triste.
Por cierto, no sé por qué aquí no se pueden poner imágenes en los comentarios. ¿Recuerdas los blogs del QUÉ!? Sí se podía.
En fin.